Desde el día que se conoció la noticia que Iker Casillas fue ingresado en un Hospital de Oporto por un infarto agudo de miocardio, los medios de comunicación han planteado algunas preguntas de interés para la población general.
La primera, ¿cómo es posible que una persona joven, deportista de élite, pueda sufrir un infarto, sin habérsele detectado anteriormente ningún problema cardiaco, en los exhaustivos chequeos médicos a los que son sometidos?
La segunda, ¿puede seguir jugando al football profesional?
Para responder a la primera pregunta, hay que saber la causa del infarto en el caso de Casillas. Por los datos disponibles del cateterismo, sabemos que se le ha implanto un stent coronario, lo que indica que muy probablemente la causa ha sido un trombo dentro de una arteria coronaria que ocluía su luz, impidiendo el flujo de sangre al músculo cardiaco. ¿Y porque se produce el trombo? En más del 90% de los casos es la rotura de una placa adherida a la pared de la arteria, la causante. Y estas placas pueden producirse desde edades muy tempranas, dependiendo de la presencia o no de los llamados factores de riesgo. Pero incluso, sin existir ningún factor de riesgo la probabilidad de desarrollar placas en un varón de 45 años se sabe que puede ser de hasta un 5% y de casi un 40% si existen más de dos factores de riesgo.
Si como se supone, Casillas no tenía ningún factor de riesgo, que sus médicos conociesen, hay que pensar que son los factores genéticos relacionados con la arteriosclerosis coronaria los principales causantes del infarto, que sabemos que pueden ser determinantes de hasta un 40% de los casos en gente joven.
Y sobre la segunda pregunta, sería necesario conocer con más detalle algunos aspectos del infarto que Casillas ha padecido como es: el tamaño del infarto, la presencia de otras lesiones coronarias y los resultados de la prueba de esfuerzo que le realizaran.
En el caso más favorable, si el infarto es pequeño, no tiene más lesiones y su capacidad de ejercicio esta preservada, podrá hacer una vida normal y activa.
Las recomendaciones de las Sociedades Científicas Europea y Americana para la práctica de deporte competitivo en atletas que padecen enfermedad de las arterias, incluyen además, el tipo de deporte según su intensidad, recomendando la reincorporación, sólo en el caso de aquellos deportes de baja-moderada intensidad.
El football está considerado como de alta intensidad, y más en el puesto de portero que tienen más probabilidad de sufrir traumatismos.
Continuando con esa idea, otra cuestión importante a considerar es, que los pacientes con stent coronarios suelen ser tratados durante al menos un año, con fármacos que disminuyen la coagubilidad de la sangre y en los que cualquier golpe puede provocar una hemorragia.
En conclusión y según lo expuesto, en el caso de Iker Casillas, no sería recomendable el seguir practicando este tipo de deporte al menos durante este tiempo.